En 2013 las autoridades mexicanas se vieron cuestionadas respecto al proceso regulatorio doméstico de las ITF, lo que las impulsó, de la mano con la propia industria, a estudiar, explorar y trabajar en la creación de regulación que atendiera al contexto nacional e internacional en la materia. En el año de 2018, finalmente entró en vigor la Ley Para Regular Las Instituciones De Tecnología Financiera, mejor conocida como “Ley Fintech”, y posteriormente, diversa normatividad aplicable a la materia que complementó a dicha ley.
Con base en datos proporcionados por la CNBV, actualmente existen aproximadamente 500 plataformas en el país que ofrecen distintos servicios financieros que prestan las ITF. De éstas, 201 realizan actividades de financiamiento colectivo (crowdfunding) y fondos de pago electrónico.
Conforme al transitorio tercero de la Ley Fintech, así como de conformidad con la Resolución que modifica las Disposiciones de carácter general aplicables a las ITF, se estableció un plazo que venció el pasado miércoles 25 de septiembre, para dichas plataformas solicitaran una autorización para poder operar en el país. De no hacerlo, éstas tendrían que cesar sus operaciones, ya que se prevén sanciones administrativas y penales para quienes actúen en contravención a dichas disposiciones.
Al vencimiento del plazo, el titular de la CNBV dio a conocer que 85 plataformas que se encontraban dentro del supuesto regulatorio presentaron su solicitud de autorización, en este sentido, las 116 restantes deberán concluir sus operaciones existentes.
La CNBV cuenta con un plazo de 180 días para dar resolución a las solicitudes de autorización que durante el plazo establecido, fueron presentadas por las distintas plataformas que actualmente operan en México.
La regulación y autorización de estas plataformas prevé elevar la inclusión financiera, modernizar el sistema financiero, mejorar el ambiente de competencia, proveer certeza y profesionalismo a los usuarios de servicios financieros, así como un horizonte más atractivo para los inversionistas.